Consejos para hacer fotos en el zoo
VISITAS ESCOLARES A ZOOLÓGICOS
En esta fase usted debe:
- Programar la visita con anticipación.
- Buscar en Internet si el Zoológico que se piensa visitar tiene página Web en la cual pueda encontrar información valiosa.
- Consultar si el Zoológico tiene un departamento de educación que le pueda ayudar a planear la visita.
- Averiguar si se conceden descuentos a instituciones educativas.
- Consultar cuál es el número de estudiantes recomendado por cada adulto acompañante.
- Investigar si se ofrece un taller para docentes (previo a la visita).
- Consultar si el Zoológico ofrece material de apoyo para la visita.
- De ser posible, visitar el Zoológico previamente, documéntese acerca de las especies exhibidas.
- Averiguar si se ofrece el servicio de guías.
Número de estudiantes por guía Costo del servicio de guía. Con qué anticipación debe reservarse este servicio.
- Preguntar si las entradas se pueden adquirir con anticipación, con el fin de evitar demoras el día de la visita.
- Informar a los estudiantes que no deben meter al Zoológico comidas ni bebidas.
- Averiguar si el Zoológico tiene servicio de cafetería.
- Precio .
- ¿Estos se deben reservar con anticipación?.
- Informar a los estudiantes que utilicen ropa cómoda y libre de elementos que interfieran con el buen desarrollo de la visita.
- Confirmar la visita con la debida anticipación.
Antes de ir al Zoológico Usted debe:
- Preparar y motivar a los estudiantes para que aprovechen al máximo la visita.
- Identificar que conocimientos tienen los estudiantes acerca del Zoológico y de la labor que desempeña.
- Indagar qué preguntas o inquietudes tienen los estudiantes con respecto a la visita.
- Explicar a los estudiantes los objetivos de la visita.
- Explicar las actividades a realizar antes, durante y después de la visita. Estas actividades deben ser de carácter exploratorio, tanto educativo como recreativo, que estimulen la curiosidad y la creatividad.
- Visitar los sitios Web de varios Zoológicos.
- Propiciar la investigación sobre la conservación de los ecosistemas.
- Explicar las normas de comportamiento en el Zoológico y en sitios públicos.
- Hablar sobre temas relacionados con fauna silvestre, domestica, nativa, exótica y endémica.
- Generar un debate sobre el trafico de fauna, animales en vía de extinción, bioindicadores, destrucción de hábitat naturales, relación planta animal, etc.
- Si el Zoológico que van a visitar tiene página Web, es muy seguro que pueda encontrar allí su mapa; explicar a los estudiantes el recorrido.
- Si ya ha visitado el Zoológico con anterioridad, recapitular esa experiencia.
- Recordar a los estudiantes que en el Zoológico no solo existen animales. En él podrán encontrar diferentes variedades de plantas y árboles.
- Explicar a los estudiantes si deben trabajar individualmente o en equipos.
Usted debe:
- Solicitar al conductor que pare el bus en la zona demarcada para que los estudiantes bajen; después, preguntar en qué zona del aparcamiento puede ubicar el bus. Fijar con el conductor una hora de salida para que los espere en el mismo sitio, así ellos no tendrán que atravesar el aparcamiento y exponerse a un accidente.
- Llegar a la taquilla con el dato exacto del número de estudiantes, docentes y acompañantes. Para evitar demoras y confusiones, tener a mano las entradas compradas previamente o el dinero correspondiente.
- Recordar a los estudiantes que el adulto acompañante asignado a cada grupo será el líder y que ellos deben permanecer con él.
- Si se solicitó algún taller como complemento a la visita, cancelar el valor e informar al encargado que ya se encuentran en el Zoológico.
Durante la visita es importante que los estudiantes cumplan con algunas normas de comportamiento. Expóngalas y explique su razón de ser.
- Evite correr y gritar. El propósito de la visita al Zoológico es observar los animales en la manera más natural posible; al correr y gritar los asustan y ellos se esconden o actúan de forma poco natural.
- Deposite la basura en las papeleras, así todos los visitantes encontraran el parque limpio y agradable.
- No alimente los animales. Cada animal tiene una dieta especial, elaborada por un nutricionista profesional. Los alimentos ofrecidos por el público pueden enfermarlos y ocasionarles la muerte.
- Respete a los animales, algunas personas les arrojan objetos para verlos en acción; debemos entender que los animales tienen su comportamiento especial aumentando su actividad en determinadas horas.
- Cuide las plantas y jardines, son parte del entorno de los animales y también fuente de conocimiento.
- Respete los limites de las exhibiciones. No se suba a los muros ni introduzca las manos por en medio de las rejas, puede ser muy peligroso.
Durante el recorrido usted debe:
Comunicar a los guías lo que usted quiere que se enfatice, o si quiere profundizar en una especie determinada, o bien, si desea realizar un taller, aplicar un cuestionario, o si usted personalmente guiará a su grupo. Revisar que se cumplan los propósitos, metas y objetivos definidos para la visita. Evitar la asignación de actividades en las que los estudiantes deban copiar o transcribir información, impidiéndoles ver los animales y disfrutar la estancia (ejemplo: copiar nombres científicos, transcribir el texto de los letreros informativos, copiar la reseña histórica del Zoológico, etc.). Recorrer el parque en su totalidad cuando el grupo de estudiantes asiste por primera vez. Solicitar que se concentren en algún tema cuando el grupo de estudiantes ya ha visitado el Zoológico:
Reconocimiento de grupos de animales (mamíferos, reptiles, aves, anfibios, peces). Tipos de alimentación de los animales. Relación planta -animal. Diferentes hábitat de los animales. Conservación de hábitat y ecosistemas El papel del hombre en la biología de la conservación. Comprobar que los estudiantes inviertan su tiempo observando cuidadosamente los movimientos de los animales, la alimentación, las características, comportamientos, la flora, de tal manera que después puedan interpretar lo visto y analizar el conocimiento adquirido. Ofrecer a los estudiantes la libertad y la confianza para hacer preguntas al personal del Zoológico, ellos estarán dispuestos a resolver sus inquietudes.
Una vez en el aula, integre y analice las experiencias y saque conclusiones en conjunto con sus estudiantes. Esta última etapa tiene como propósito dar coherencia a la información recogida, integrar los conocimientos y permitir el logro de los objetivos de aprendizaje:
- Hable con los estudiantes de sus experiencias (lo que más les gustó, lo que menos les gustó, que mejorarían en el Zoológico, el animal favorito y por qué, etc.).
- Genere un espacio para el debate y la discusión sobre lo aprendido en la visita, no solo sobre los animales sino sobre todo lo observado.
- Si la salida tenía un tema especifico, formule preguntas acerca de este y permita que ellos obtengan sus propias conclusiones.
- Pida que elaboren maquetas, carteleras, obras de teatro, títeres, entre otros. Utilice materiales y ayudas didácticas para que sus clases sean interactivas.
- Realice talleres lúdicos de acuerdo con los objetivos de la visita.
- Educativo. A través de las actividades el estudiante amplía sus conocimientos y obtiene una actitud nueva que le permite "Aprender a Aprender" y "Aprender a Ser".
- Activo. El protagonista es el estudiante, no el docente.
- Lúdico. Que genere gusto y deleite y no se convierta en una clase más.
- Integrador. De varias disciplinas como arte, español, ciencias sociales y naturales, etc.
- Motivador. Que el estudiante pueda desarrollar su capacidad creativa y sus propias alternativas para enfrentar los problemas.
- Sensibilizador. Al tener una mayor apertura a otras realidades.
- Ambiental. Esta es una oportunidad única y fascinante para enseñar sobre la biodiversidad, la singularidad de cada especie, las adaptaciones maravillosas que cada una tiene, el importante papel que cada cual desempeña dentro de la red de la vida y nuestra propia responsabilidad en el cuidado y mantenimiento del media ambiente.
- Socializador. El taller se desarrolla como actividad de grupo resaltando las habilidades y destrezas individuales para dar cabida a un esquema de apertura a la sana competitividad.
El caldero de Cabarceno
La historia del pueblo de Cabárceno es antigua, tanto como el hombre, ya que Cabárceno está poblado desde el inicio de los tiempos.
Los restos arqueológicos encontrados demuestran que esta zona fue poblada mucho antes de que los romanos comenzaran a explotar las minas de hierro existentes en Cabárceno.
A finales del siglo XIX comenzaron las excavaciones arqueológicas en el macizo de Peña Cabarga, propiciadas por la abundancia de yacimientos arqueológicos existentes en esta zona y las intensas labores mineras que se dieron en este lugar desde las postrimerías de esa centuria. Fueron precisamente estos trabajos de minería los que pusieron al descubierto numerosos yacimientos y hallazgos arqueológicos y paleontológicos, entre los que se encuentran las hachas de bronce con anillas de San Vitores y Peña Cabarga, el hacha pulida de la Sierra de Villanueva y el caldero de Cabárceno.
Este caldero es una de las piezas más emblemáticas de la época protohistórica de Cantabria. Su cronología se ha fijado en torno al 900-650 a.C., un momento en el que la metalurgia implicaba conocimientos sobre nuevos procesos de fundición y manufactura de los instrumentos, de modo que las aleaciones de cobre y estaño dejaron paso a finales de la Edad del Bronce a aleaciones ternarias, caracterizadas por una importante presencia del plomo.
Pieza singular
El valor del caldero de Cabárceno reside no sólo en que es una de las pocas piezas de este tipo que existen en la Península, sino también en el hecho de que es uno de los escasos calderos que han llegado hasta nosotros completos.
Tras su descubrimiento fue depositado en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santander, de donde pasó al Museo de Arqueología y Prehistoria de la capital cántabra. Aunque fue restaurado a finales de los años ochenta, parte del fondo y uno de los costados están rotos.
Su hallazgo tuvo lugar el 9 de diciembre de 1912 en un pozo de la mina Crespa, situada en la vertiente meridional de Peña Cabarga. En aquel tiempo la mina era explotada por la Sociedad Minera Cabarga, cuyos obreros, dirigidos por el ingeniero de minas J. Salguero, eran los encargados de excavar el yacimiento. En la descripción que hizo del descubrimiento a principios del siglo XX Francisco Fernández Montes, ayudante facultativo de minas en Cabárceno, se destaca que el caldero fue «hallado a una profundidad de 6 metros entre dos rocas dolomíticas y debajo de una masa de tierras mineralizadas».
El caldero de Cabárceno tiene un fondo hemiesférico, terminado en punta de cono muy chata, realizado con una sola chapa de bronce unida a las dos que conforman la panza mediante remaches de cabeza cónica. Está rodeado de un amplio borde saledizo de una pieza claveteada a las anteriores. A él se unen, mediante remaches planos, dos argollas romboidales que originalmente pendían de un asa.
Era habitual que estos calderos no tuvieran base, por lo que tenían que apoyarse en algún objeto que les sirviese de pie. A través de los grabados de la época, como los que presenta la diadema áurea de Rivadeo, sabemos que los calderos se asentaban sobre pies cónicos y que poseían un asa que enganchaba en las dos anillas. Este asa, tal y como hemos señalado, ha desaparecido en el de Cabárceno.
Funcionalidad
Tradicionalmente se ha considerado que los calderos tienen un origen irlandés o británico, dada la abundancia de restos en estos lugares, si bien también se han encontrado fragmentos de este tipo de objetos en otros puntos del norte europeo, todos ellos pertenecientes a la Edad del Bronce o comienzos de la Edad del Hierro. Esto parece evidenciar que existieron contactos entre los pobladores de la zona norte de la Península y los de la zona atlántica europea, especialmente con los habitantes de las Islas Británicas. De hecho, el caldero de Cabárceno presenta una gran similitud con otros hallados en este territorio, como los que se encontraron en Dublín y cerca de Battersea.
Se desconoce cuál era la función de estas piezas, aunque es posible que sirvieran para ceremonias religiosas o similares.
Actualmente el Caldero de Cabárceno se encuentra expuesto en el museo arqueológico de Santander.